ese flujo, esa náusea, esas tiras: aquí comienza el fuego

9.5.11

Cronología de cinco encuentros y quinientas conversaciones cibernéticas

Lo ve, piensa en él.
Sí, interesante.
Logra hablarle, hablan cosas que a ella no le importan en ese momento, habla por hablar.
Se miran, ella cree que es diferente a todos.
ella cree que él lo va a notar.
Lo mira a los ojos, cómo si eso cambiara algo.
Él está borracho, y ella sigue creyendo que a él le importa lo que hablan.
Ella recibe mensajes ambiguos, pero igual los toma.
Se va creyendo que él entendió los indicios.
No.
Le habla días después.
Lo busca días después.
No.
Nada importa, ella sigue al alcance de la mano.

Él está con otra chica.
Ella se pone triste-


Ilusa.


Ella piensa: ¿Por qué? si la mina es fea y básica.
Ella piensa: qué estúpido.
Ella piensa: bueno, igual no era muy lindo y era un boludo.

Carnicera

Sobre mi mesa organicé.
Puse tu cuerpo cortado en pedacitos
también puse el libro que estoy leyendo, a veces me aburre mirar tu carne fría y estúpida.
Incluso apoyé unos cuantos discos, siempre bueno tenerlos a mano.
Sobre mi mesa senté a mí gato, que no me quiere.

Al lado hice una fogata (no, no me voy a comer un asado)
y a la fogata le tiré la mesa con todas las cosas.
y Sí te quemé con todo lo bueno y lo malo.

ahora sos cenizas.
y sí, se las voy a regalar a mi vecino como fertilizante para su jardín.

30.4.11

Mejor callate

¿Qué tan bella puedo ser? ¿Qué tan azul pueden transformarse mis gestos?
¿Qué tanto puedo proyectar? Antes que vos
                                              estoy yo.
Lo que me impone malestar, lo que me incita a no estar perfectamente posicionada es que me siento imposibilitada de ver tu cinta.
No puedo verla. Antes pude, ya no.
Ningún café, ninguna perdida me lo saca.
Ningún frío de invierno.
Ningún viaje.
Ningún subte.
Ningún nada de nada.
Nada me lo quita, sólo yo.
Ya me dejaste bailotear y reposar en tus deditos durante mucho mucho tiempo.

25.4.11

Eso de escribir , puedes intentarlo pero no te hará desaparecer.
No te hará ser una esencia sin cara.
Elige. Aunque no eligas nada mi amigo, estarás eligiendo algo.
Es momento , la cena esta servida.
Te toca comerte al mundo como si fuera una moneda de chocolate.

[Tan solo un poco de café.

No, no me siento mejor
no me siento nueva-
nada sirve estos días, nisiquiera dormir.

Necesito correr rápido.
(ya no hay tiempo)

game over.

13.4.11

Me hundí en el momento, me adentré.
La mirada sudaba mensaje
No se si lo sentiste, no se si lo viste, estaba delante tuyo;
Te miraba desafiante, pero retraída y rendida a tus pies, vos lo sabés solo que no lo quisiste ver.
Despertá!
Estoy acá, esta soy yo, mirame, buscame, necesitame-
El que quiere nacer tiene que romper un mundo...

29.3.11

soy

sola
frente a mí
sola
y soy eterna
y un puntito infinito, lo giro sobre mi boca, lo trazo con mi hombro, y el lunar le da color
y mis ojos lo proyectan
y mis dedos le dan un empujoncito
ojos de papel, soy un beso incompleto, y el punto se alarga
tu contacto y yo la espectadora, sentada frente al cuadro, y no comprendo. las preguntas acuden solas
soy: maravilla, comienzo y final
si me tomaras la mano todo resultaría, en mi mente, en mi proyección (basta de jugar al psicopateo)
no debería irrumpir más en la mente ajena, no deberías mover las piezas del reloj. la aguja no comparte al hilo, mi boca te rechaza (o te reclama, reclamándote soy más ilusa aún)

22.3.11

Tengo la frente sudorosa.
Los 30 grados de sensación térmica son duros. Sin embargo no tengo opción, camino. El vestido celeste se pega a mi espalda, es incómodo. Sin embargo no tengo opción, camino. Semáforo. Me detengo en la esquina y me refresco con el viento.
A veces siento que la gente me mira demasiado, entonces digo ¿Será mi pelo tan rubio?
Sin embargo no tengo opción, camino.
A mitad de cuadra está sentado aquel chico (lo veo todas las tardes en ese rincón apartado). Me mira (siempre me mira, todos me miran), pero se acerca.

¿Qué sos?

Soy lila.
Solo me limito a permanecer inmóvil, ahora las miradas son evidentemente más intensas, sí, me miran a mí.

La gente se detiene ¿Qué pasa?

En sus rostros surgen expresiones de miedo, desconfianza.
Pasaron sesenta segundos. Todos se dan vuelta, puedo ver sus espaldas, incluso la del chico que veo todas las tardes en ese rincón apartado.
¡Escapan! ¡Corren!
Les asusto. Quieren huir, pues que huyan entonces.

Yo sigo siendo lila.