ese flujo, esa náusea, esas tiras: aquí comienza el fuego

20.12.10

La vida toda

Muda, atraigo lunas con la lengua que se adhieren a mi piel. Nadie sobrevive al fruto de mis labios. Sólo consciente de mis muslos y mis extremidades ensombrecidas hago danzas de lo instantáneo, de lo infinito. No pregunto ni respondo, sólo bailo.
Y el cuerpo se vuelve estrella y las lunas se vuelven sexo y los ojos se vuelven piedra y las manos se escapan como pájaros de fuego.
Habiendo elegido mi mentira sucumbo ante su noche. Y cuando el alba me sorprende, con mi bestia con mis cielos, le exprimo la cintura y la saco a bailar.

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