ese flujo, esa náusea, esas tiras: aquí comienza el fuego
16.6.10
Es un mareo de emociones y reacciones, y me encanta sentirme completa, adecuada a las fotografías instantáneas de ojos que se interceptan, una, otra y otra vez. Es el reflejo automático de que el gusto viene de lo más lúcido. Y lo oscuro no interesa cuando podemos interceptarnos continuamente. Y me dejo llevar por el flujo de marea constante. Me arrastro hasta el infinito círculo de radiante sencillez, porque la complicación de no aceptarnos, es la de no llover sobre nosotros mismos. Porque si yo me deslizo entre las palabras, soy como una niña jugando entre arena cuadrada y piedras triangulares. Y esa niñez perdura, hasta que tú contacto hace que de una manera u otra, los años me ganen de mano.
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