Rompé un orden y susurrá lo absurdo, creyendo que las voces son ajenas y son vacas ante su destino cruel.
Cruel es el pájaro que está vigilando a la espera de mi esquelético cuerpecito, en el que perdí mis sueños inconclusos con mensajes capciosos y permanentes.
Permanentes mensajes e incluso eternos, porque al igual que el sol, no buscan en si mismos la verdad de ser existentes.
Existencia mía: yo soy, yo existo, la sensación es plana.
Yo sé que soy una amígdala inexistente, un absurdo puente inexplicable.
Soy una eterna ahogada de los conflictos.
[Lila, Sofía, Lucas y Lucía]
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