Entonces sentía un exquisito frenesí de servilletas, sentía un corte de luz, se le acercaba la oscuridad y la seducía ese vértigo silencioso.
Cuando llegó a ese árbol flotador, en el cual cayó mal, el gato azul se desprendió como una moledora sobre ella.
La energía que irradiaba era como la de un exterminio primitivo, con el ceño fruncido impuso la tensión y destruyó la televisión basura. Miró,cayó en el cansancio, pero es un caso inevitable, era imperceptible, sin embargo fue posible soportar el letargo. El pez de la laguna, la laguna del bosque en el que también se hallaba el árbol flotador y el gato azul, desaparecía para echarse a correr, para sentirse fuerte y caliente, para dejar de lado la frigidez.
Y mucho tiempo atrás, reiremos, luego caeremos y al fin, SOLTAREMOS-
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